jueves, 12 de diciembre de 2013

NGC1664 - Cúmulo abierto en Auriga

En la constelación de Auriga podemos encontrar cerca de su frontera con Perseus un cúmulo abierto bastante extenso y rico catalogado como NGC1664. Situado a unos 3.900 años luz de distancia, con una magnitud aparente de 7,6 y extendiéndose unos 18’ en el cielo, fue descubierto por William Herschel en 1786.

Auriga es rica en cúmulos abiertos y si nos planificamos una sesión de observación basándonos en este tipo de objeto, no podemos olvidar de hacer una visita a los tres Messier, M36, M37 y M38, los más impresionantes de la zona, y si hay tiempo, también son aconsejables NGC1778, Stock 10, NGC1893 o NGC2281. Y sin lugar a dudas, podemos añadir a la lista a NGC1664.

Carta generada con Cartes du Ciel

La noche del 2 de noviembre de 2013 tuve ocasión de visitarlo con mi SC de 235mm y observando en una noche con temperatura agradable, sin Luna, buena estabilidad atmosférica y unos cielos rurales envidiables.

Este es el dibujo que hice a 75,81x:



Lo primero que pensé al poner el ojo en el ocular fue que me encontraba ante un cúmulo abierto no comparable con los Messier de la zona, pero con cierto encanto personal.

Ideal para utilizar oculares de campos amplios, estuve un buen rato contemplándolo con tranquilidad con el Hyperion Aspheric de 31mm, y al final llegué a la conclusión que la disposición de sus estrellas me recordaba la típica hilera de hormigas que podemos encontrarnos en un día soleado de verano, y la estrella más brillante del campo, la TYC2906-152-1, de magnitud 7,5, representaría la hormiga reina.

Como en la mayoría de cúmulos abiertos nuestra imaginación juega un papel importante a la hora de interpretar lo que nos sugiere la posición de sus componentes. Con NGC1664, en mi caso ha sido un grupo de hormigas, pero otros observadores han visto en él una cometa volando, un diamante o un trébol de cuatro hojas. Pero aquí no hay reglas fijas, y en esto reside precisamente la gracia de este cúmulo.

Cuento más de 40 estrellas, la gran mayoria alrededor de la magnitud 11 que forman hileras estelares dejando entre ellas “espacios vacíos” que proporciona una vista bastante peculiar.

Componentes blanco-azuladas no demasiado brillantes, pero si con el suficiente brillo y uniformidad como para ofrecer un bonito espectáculo. Cuando he acabado con su observación he pensado que he estado disfrutando de un cúmulo abierto muy agradecido si lo observamos con las condiciones adecuadas.

Al final hasta me animé a sacarle una fotografía con mi Nikon D5100 acoplada al telescopio:



2 comentarios:

  1. Fantástica entrada... que recuerdos esa zona en Auriga. Se puede disfrutar desde cielos urbanos pero la visita desde cielos rurales debe ser sobrecogedora.

    Gracias por compartirlo.

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    1. Gracias Taj.

      Sobretodo con los tres Messier, desde unos cielos oscuros son geniales. A mí, personalmente, el que más me gusta es M37, me quedo hipnotizado observándolo :)

      Saludos.

      Óscar

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