martes, 29 de diciembre de 2009

31 vistas celestes que todo el mundo debería ver, al menos, una vez en la vida


En 2003 me compré mi primer telescopio, un Schmidt-Cassegrain (SC) Celestron 5i de 127mm de abertura.

Realmente, fue muy emocionante. Desde pequeño que me había sentido atraído por todo lo relacionado con la astronomía, por lo que, después de una temporada descubriendo el cielo con unos prismáticos 10x50, poseer un telescopio representaba alcanzar un sueño que me había acompañado durante muchos años.

Después de observar la Luna, y unos cuantos objetos que aparecían en el menú del mando del telescopio, empecé a investigar qué más podía observar. De esta manera, descubrí el catálogo de Messier, lo que se podría considerar el listado de objetos ideal para acompañar a cualquier principiante durante sus primeros años de observación (Estamos prácticamente en 2010 y todavía no he tenido la oportunidad de verlos todos).

Existen bastantes más listados de objetos, y el astrónomo aficionado dispone de mucha información para tener ocupadas muchas noches... durante mucho, mucho tiempo.

El caso es que con los años me planteé elaborar un listado propio de aquellos objetos que, por una razón u otra, más me han impresionado, y que, tal como indico en el título, son unas vistas celestes que todo el mundo debería ver, al menos, una vez en la vida.

De momento son 31, y todos han sido observados con mi telescopio desde lugares con poca o nula contaminación lumínica.

Cada objeto de la lista tiene una historia personal detrás, historia que guardo con mucho cariño en mis cuadernos de observación... historias de dificultades de observación, de esfuerzos, paciencia, investigación, dibujos, fotografías, pensamientos profundos, reflexiones filosóficas, descubrimientos científicos...

El listado no es definitivo. Estoy convencido que el cielo me tiene preparado muchos más objetos que me provocarán la misma profunda sensación de admiración que me han proporcionado estos 31...

Por todo ello, me gustaría animar a todos los que empiezan a observar que elaboren su propio listado. Se podría considerar como un repaso a los mejores momentos de nuestra vida de astrónomos aficionados.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Observación diurna de Júpiter

Antes de empezar una advertencia:

NUNCA DEBE OBSERVARSE DIRECTAMENTE EL SOL A SIMPLE VISTA O CON UNOS PRISMATICOS O TELESCOPIO. PUEDE CAUSAR UN DAÑO PERMANENTE E IRREVERSIBLE A LOS OJOS.

En numerosas ocasiones he escuchado, por parte de neófitos de la observación astronómica, la siguiente pregunta: ¿Es posible ver los planetas a plena luz de día?.

La respuesta es sí.

No es fácil localizar un planeta cuando el Sol brilla con toda su fuerza, sin embargo, con la ayuda de la Luna, es posible hacerlo con unos simples prismáticos.

Como concepto previo debemos saber qué es la eclíptica.

La eclíptica es la línea imaginaria, inclinada 23,5º respecto al ecuador terrestre, por la que “transita” el Sol por el cielo.

Sabiendo que los planetas y la Luna se desplazan a través del cielo siguiendo unas órbitas cercanas a la eclíptica... cuando se da el caso que la Luna se encuentra cerca de un planeta, nos sirve de perfecta referencia para que lo podamos localizar.

Yo, hasta el momento, había podido observar de día Venus, Marte y Saturno. Y hoy 20 de diciembre de 2009, a las 15h 55m T.U. he añadido Júpiter a mi particular lista.

Por la mañana he consultado el progama Starry Night y he visto que Júpiter se encontraba a unos 10º de la Luna:

Y con esta referencia he cogido los prismáticos SkyMaster 15x70 y a las 16h 55m hora local he apuntado a la Luna, que hoy brillaba tan sólo con el 15% de superficie iluminada.

Con todo, ha sido fácil. Y a partir de ella he ido siguiendo la eclíptica... hasta que me he dado cuenta que me estaba alejando demasiado y que no había encontrado nada...

He hecho unas cuatro o cinco intentonas, y ya cuando empezaban a dolerme los brazos por sostener los pesados prismáticos a pulso... de repente, he visto un redondel blancuzco que luchaba por contrastarse en el cielo azul.

Al final lo he conseguido, la pena ha sido no tener el telescopio a mano para apuntar al planeta, pero ha sido una bonita experiencia. Parece mentira lo majestuoso que se presenta el Rey de los Planetas del Sistema Solar incluso a plena luz del día.

He sacado la cámara Nikon D70S y he probado de inmortalizar el momento. Pero no he sido capaz de conseguir nada decente hasta las 16h 52m T.U. Un pequeño testimonio de la observación diurna de Júpiter:

Un buen ejercicio para pasar un rato entretenido y descubrir lo fácil que es ver un planeta de día... cuando se sabe dónde mirar.

sábado, 19 de diciembre de 2009

The Arrowhead Cluster

Unos 7º al norte de Sirius, ya en la constelación de Monoceros, se encuentra el curioso asterismo conocido como la Punta de la Flecha (The Arrowhead Cluster, en inglés).

Está formado por siete estrellas de magnitud similar (alrededor de la 9ª) que representan una especie de “punta de flecha” realmente curiosa. Desde un sitio oscuro son fácilmente reconocibles.

A parte del asterismo, merece la pena observar un rato la estrella roja HIP32064, de magnitud 5,18 y espectro K5 II que se encuentra en el mismo campo. Creo que en fotografía quedaría precioso, pero a falta de esto, dejo aquí el dibujo que hice con el SC de 127mm a 50x la noche del 24 de diciembre de 2008 a unos 2ºC de temperatura:

Merece la pena dedicarle unos minutos. Ofrece un buen contrapunto, gracias a su serenidad y simplicidad, a las maravillas más conocidas y espectaculares que podemos ver en el cielo de invierno.

A.R.: 06h 40m
DEC: -08º 56m

domingo, 13 de diciembre de 2009

NGC281-Pacman Nebula en Cassiopeia

NGC281 es, de hecho, un cúmulo abierto rodeado de una nebulosa de emisión que se encuentra a unos 10.000 años luz de distancia, y debido a la forma que presenta fotográficamente, es conocida como la nebulosa de Pacman.

Este es el dibujo y los comentarios que hice observando esta nebulosa el 24 de diciembre de 2008:

"Nada más poner el ojo en el ocular me doy cuenta que será un objeto difícil para la abertura de mi telescopio: a pesar de las buenas condiciones de la noche (seeing 4/5), me las he visto y me las he deseado para distinguirla. Sólo he podido verla con el ocular de 40mm (31,25x) y el filtro UHC. Todas las otras combinaciones que he probado (25mm 50x+filtro; 18mm 69,44x+filtro) no han tenido éxito.

Sin el filtro UHC no veia nada de nada, pero con el filtro y después de adaptar la vista a la oscuridad un buen rato he podido localizar la nebulosa. Una vez localizada, la he podido apreciar mejor mirándola de reojo... Sea como sea, muy complicada.

De la forma de Pacman, nada de nada, sólo una manchita que ahora estaba, ahora no estaba. Hay una estrella brillante en un extremo que me sirve de referencia, es la HIP4121, de magnitud 7,78. Abajo a la derecha de mi dibujo hay dos estrellitas que parece también presentan cierta nebulosidad a su alrededor.

Lo mejor, es que a pesar de las dificultades, podemos disfrutar del rico campo estelar en el que se encuentra, destacando la TYC-3676-113-1 (8,06), TYC-3676-239-1 (8,62) y la HIP 4264 (7,15) que forman un pequeño triángulo en la parte superior izquierda del dibujo. También mencionar, en la parte inferior izquierda la estrella HIP 4274, de magnitud 7,40 y espectro F.

En definitiva, un reto para mi telescopio que al final, no sin poco esfuerzo, he podido culminar con éxito.

Por cierto, a la hora en que estaba observando NGC 281, me ha pasado por el campo del ocular un satélite que después, mirando el Starry Night, he podido comprobar que se trataba del Genesis 2.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

M81 y M82 - Pareja de galaxias en Ursa Major

Cuando alguien que empieza a observar a través de un telescopio me pregunta qué galaxias puede ver sin demasiadas complicaciones, la primera respuesta es clara: M31 y M32. Y cuando me pregunta: ¿Y qué más?, también tengo claro qué responderle: M81 y M82.

Estas dos galaxias pueden llegar a verse a través de unos sencillos prismáticos desde un lugar oscuro y con telescopios, incluso desde lugares con cierta contaminación lumínica.

El pasado 6 de diciembre de 2009 tuve ocasión de disfrutar de cielos oscuros y de una buena noche, y a pesar de no estar todo lo elevadas respecto del horizonte que pueden estar, decidí echar un vistazo e intentar dibujar esta pareja de galaxias.

A bajos aumentos, pueden ser observadas en el mismo campo. Este es el dibujo que hice viéndolas a través de mi SC de 127mm con el ocular de 40mm (31,25x):

Pero después de la curiosidad de ver ambas galaxias juntas, lo mejor es centrarse por separado en cada una de ellas.

Utilizo 69,44x y me dirijo primero hacia M82. Esta galaxia que se encuentra a unos 12 millones de años luz de distancia, se presenta fantástica con estos aumentos y desde cielos oscuros:

La veo claramente alargada (también es conocida como galaxia del cigarro), enmarcada en un campo estelar formado por estrellas no especialmente brillantes, aunque sí lo suficiente como para no desmerecer... ni eclipsar la lejana belleza de M82.

Cerca de ella, en uno de sus extremos se encuentran dos estrellitas alrededor de la décima magnitud que parecen apuntar directamente a la galaxia.

Me resisto un poco a abandonar la observación de esta galaxia, pero los lamentos duran poco. Sólo el tiempo que se tarda en mover un poco el telescopio y hacer entrar en campo a M81:

Dos galaxias diferentes, dos bellezas diferentes.

M81 se encuentra también enmarcada en un campo de estrellas no demasiado brillantes, aunque, curiosamente, al igual que con M82, también percibo dos estrellitas en uno de sus zonas exteriores que parecen señalar directamente a la galaxia. En este caso, su magnitud es más débil, alrededor de la 11, y es necesario hacer un pequeño esfuerzo para percibirlas claramente.

M81 es más brillante que M82 y muestra un núcleo condensado y potente que se encuentra envuelto por un halo que va difuminándose de una manera uniforme a medida que se aleja de su zona central.

También se encuentra a unos 12 millones de años luz de distancia, y se cree que en el pasado M81, más grande y masiva que M82, interactuó gravitacionalmente con ésta última deformándola profundamente.

En la actualidad se calcula que se encuentran separadas por “tan sólo” unos 150.000 años luz.

Un espectáculo estremecedor que nos sumerge de lleno en el vasto espacio y nos ayuda a comprender un poco cuál es nuestro sitio en el Universo.

NGC2403 - Galaxia en Camelopardalis

Situada a unos 8 millones de años luz de distancia, NGC2403 se encuentra en la constelación de Camelopardalis y es una galaxia espiral realmente asequible y espectacular.

Descubierta por William Herschel en 1788, se ha llegado a poder observar en ella la explosión de dos supernovas.

La noche del 6 de diciembre de 2009, con unas condiciones de observación óptimas tanto en lo que se refiere a calidad de la noche como en contaminación lumínica, pude observarla y dibujarla:

El mundo es un pañuelo: pongo el ocular de 18mm (69x) para observar esta galaxia, y lo primero que veo es pasar a toda pastilla un avión por el campo del ocular con las luces intermitentes a plena potencia. Lo quiero hacer expresamente y no hay manera de conseguirlo...

En fin, corro un tupido velo y me vuelvo a concentrar en mi objetivo original. A pesar de las buenas condiciones de la noche, en seguida compruebo que tendré que hacer algún esfuerzo más del esperado para poder observar NGC2403.

En un primer vistazo noto como una “presencia” fantasmagórica que envuelve las dos estrellas del centro del ocular (TYC4120-1000-1, magnitud 9,9 y TYC4120-7641-1, magnitud 10,3).

Muevo un poco el telescopio y, efectivamente, noto que hay alguna cosa... al cabo de unos instantes, con el ojo mejor adaptado a la oscuridad y mirando de reojo, puedo apreciar perfectamente una galaxia de forma redondeada (tal vez un poco ovalada), extensa, aunque ténue.

Su brillo es bastante uniforme, aunque fijándome un poco, parece que percibo más intensidad, mirando de reojo, en la zona que se encuentra entre las dos estrellas que he comentado anteriormente.

En cierta manera, si no fuera porqué sé que estoy viendo una galaxia, me sugeriría en cierta forma una nebulosa de reflexión, ya que la presencia de estas dos estrellas en primer plano, así lo podría hacer creer.

Sea como sea, una galaxia que, como todas, prefiere cielos oscuros, pero que es perfectamente asequible a pequeños telescopios.

martes, 8 de diciembre de 2009

NGC253 - Galaxia en Sculptor

No conocía esta galaxia (NGC253), pero gracias a un comentario que leí en un foro de astronomía, vi que podía ser un buen objeto para observar desde un lugar oscuro con mi telescopio.

Así que la noche del 5 de diciembre de 2009, dándose las condiciones adecuadas, me decidí apuntar mi Nexstar 5i hacia la zona de cielo donde debería estar esta galaxia y lo que me encontré, sinceramente, no me lo esperaba.

Supongo que mi reacción ante lo que vi con mi telescopio no puede compararse a la que debió tener el 23 de septiembre de 1783 su descubridora, Caroline Herschel, aunque quiero pensar que, en cierta manera, el sentimiento de admiración y vértigo al contemplar esta preciosa galaxia por primera vez, pudo ser similar.

Este es el dibujo que hice... con la boca todavía abierta por la impresión:

Con un telescopio con una abertura de 127mm pocas galaxias se pueden observar que ofrezcan una panorámica que vaya un poco más allá de una pequeña manchita blancuzca... y esto, dando por supuesto que se observa desde lugares donde la contaminación lumínica es prácticamente inexistente... Pero siempre se pueden encontrar verdaderas joyas escondidas...

Como he comentado, las condiciones de observación de la noche eran envidiables: buen seeing, cielo oscuro, sin Luna, temperatura agradable (Unos 10ºC, que en las fechas en las que estamos es impagable)...

En un primer momento pongo los 50x aumentos y me encuentro con un campo estelar que contiene un buen número de estrellas, pero que no destaca ninguna especialmente brillante. En este caso, al tener que observar un objeto difuso... es una buena noticia.

De entre las estrellas que contiene el campo del ocular merecen destacarse dos: HIP3706 y TYC6421-2093-1 que brillan con magnitudes 8,87 y 9,21 respectivamente. Ambas nos sirven de referencia para encontrar NGC253, ya que se encuentran en la misma altura que uno de sus extremos, tal como aparece en el dibujo.

Una vez puesto en ojo en el ocular y observado el campo estelar, voy adaptando la vista y paulatinamente voy descubriendo una galaxia muy extensa, con un núcleo alargado bastante marcado que se va difuminando a medida que nos alejamos del centro. Sin embargo, la forma alargada, aunque más difusa, se mantiene claramente en toda la extensión galáctica.

Una vista extremadamente delicada, preciosa... y al mismo tiempo estremecedora, al pensar en lo que realmente estoy viendo de una forma tan diáfana.

NGC253 se encuentra a unos 10 millones de años luz de distancia y es una galaxia con una elevada tasa de formación estelar y de supernovas. Asímismo, sus brazos espirales muestran una gran cantidad de polvo interestelar...

No quiero ni pensar cómo puede llegar a verse con un telescopio más potente, pero lo cierto es que NGC253 es una galaxia que debería estar en la agenda de todo astrónomo aficionado sea cual sea el instrumento de observación que tenga.

sábado, 5 de diciembre de 2009

Dibujo Astronómico y Photoshop (r)

El dibujo astronómico lo entiendo más bien como algo que nos ayuda a ser más meticulosos a la hora de observar y nos permite guardar un testimonio sobre “papel” de aquello que hemos estado observando.

De esta manera, podemos rememorar con el tiempo esas noches que nos produjeron un sentimiento especial o fuimos testigos de algún acontecimiento memorable.

Ni más ni menos.

Lo mismo se podría hacer mediante fotografías, pero la ventaja del dibujo es que es más inmediato, sencillo, barato... y plasma perfectamente lo que se ve en realidad a través de unos prismáticos o de un telescopio.

No es necesario ser un virtuoso del lápiz (como me encargo de desmostrar cada vez que presento un dibujo de los míos...), ni intentar hacer verdaderas obras de arte. El valor del dibujo astronómico se encuentra en la capacidad de evocar lo más fidedignamente posible nuestra experiencia a pie de telescopio. Nuestras limitaciones artísticas pueden ser perfectamente complementadas con cuatro líneas de texto descriptivo.

Dicho esto, comentar que no hay que menospreciar la ayuda que nos puedan facilitar diferentes herramientas informáticas, en mi caso, principalmente el programa Adobe (r) Photoshop (r) Elements 2.0

A continuación voy a intentar describir el proceso que utilizo para “convertir” mis dibujos a lápiz sobre papel blanco en lo que finalmente cuelgo en el blog.

Obviamente, lo primero es hacer el dibujo:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2009/03/iniciacion-al-dibujo-astronomico.html

Y no olvidarnos de seguir una cierta metodología a la hora de registrar nuestras observaciones:

http://laorilladelcosmos.blogspot.com/2009/07/la-importancia-del-cuaderno-de.html


1.- Una vez hemos rellenado nuestra ficha o cuaderno de observación con nuestros comentarios y con nuestro dibujo debemos escanearlo para poder pasarlo al ordenador.

Si no se dispone de escaner (que es lo ideal), una alternativa es coger una cámara fotográfica digital y sacarle una foto. La calidad resultante no será tan óptima, pero sí práctica.

El fichero que obtengamos puede guardarse en formato .jpeg. Para dibujos astronómicos es una calidad más que suficiente y evita ficheros demasiado “pesados”.


2.- Abrimos el programa y a continuación el fichero:

Archivo -> Abrir -> fichero escaneado.jpeg


3.- Este paso es opcional, pero creo que es bastante útil.

En la ventana de “Herramientas” hay que seleccionar con el ratón “Marco Rectangular”

Nota: Puede que por defecto se tenga seleccionado algún otro tipo de marco (Ej. “Marco Elíptico”). Para cambiar a “Rectangular”, se coloca el cursor encima de la Herramienta “Marco”, se aprieta el botón derecho del ratón y se selecciona “Marco Rectangular”.

Una vez seleccionado, con el ratón y manteniendo apretado el botón izquierdo de éste, se marca un rectángulo que contenga la parte del dibujo que interese.

Se suelta el botón del ratón, y en la ventana de Herramientas, se selecciona el ícono “Herramienta Mover”. (Queda marcado el rectángulo que se ha selecionado anteriormente con cuadrados)

Se va a “Edición”, se selecciona “Copiar”. A continuación se va a “Archivo” y se selecciona “Nuevo del Portapepeles”.

Se cierra el primer fichero sin guardar (Si se quiere se puede conservar como “Master”) y nos ponemos a trabajar con el nuevo que se ha creado.

Con ello conseguimos centrar todas las posteriores modificaciones tan sólo en la zona del dibujo que nos interesa.



4.- Aquí ya empieza lo bueno.

Para evitar que algún tipo de “colorido” nos contamine el dibujo, especialmente cuando no disponemos de escáner y tenemos que hacer una fotografía del dibujo:

Imagen –> Modo –> Escala de grises.


5.- Con este paso nos acercamos a lo que realmente veíamos por el telescopio:

Imagen –> Ajustes –> Invertir


6.- Esta opción también es opcional (vaya redundancia más tonta...), pero creo que va bien homogenizar tamaños.

Imagen –> Cambiar tamaño –> Tamaño de imagen

Personalmente utilizo una anchura de 600 píxeles, pero se puede elegir las medidas que más interesen. Sea como sea, sólo es necesario modificar la anchura, el programa modifica automáticamente la “altura” y mantiene las proporciones correctas del dibujo.


7.- Con este paso intentamos que nuestro dibujo se presente por pantalla de una manera diáfana, intentando no abusar y mantener de manera más fiel posible las “intensidades” que percibíamos a través del telescopio:

Mejorar –> Ajustar brillo/Contraste...

Opción A: Brillo/contraste – Se modifica según nuestro propio criterio.

Opción B (La que suelo utilizar): Niveles. - También a nuestro criterio, aunque existe la opción de hacerlo de manera automática:

Niveles –> Automático –> ok

En ocasiones, sobretodo cuando nuestro dibujo es sólo estelar, hacerlo de manera automática es lo más adecuado. Sin embargo, cuando el dibujo contiene alguna nebulosa, cúmulo globular... la Luna... es mejor hacerlo de forma manual.


8.- Con el siguiente paso intento suavizar los trazos del dibujo. Normalmente selecciono Radio 0,5 píxeles, pero se puede ir probando diferentes opciones para ver cuál convence más... o directamente no utilizar esta opción.

Filtro –> Desenfocar –> Desenfoque gaussiano



9.- Con esto llegaríamos al final del proceso básico. Así que lo siguiente sería:

Archivo –> Guardar como –> Y en la opción de “Forma”, seleccionar jpeg, poner el nombre que se desee y guardar.

Ya tenemos nuestro dibujo en mejores condiciones.


Pero el Photoshop nos ofrece más opciones, como por ejemplo, el siguiente truco para nebulosas y galaxias que consideremos que nos han quedado demasiado “evidentes” en comparación con lo que se veía a través del ocular y se quiera reducir su “brillo” sin alterar demasiado el conjunto del dibujo.


10.- Seleccionamos en la ventana de Herramientas “Herramienta Pincel”.

En la opción de tamaño, seleccionar los píxeles adecuados para cubrir la zona que se quiera modificar.

En la opción de “Opacidad”, seleccionar 5%

En la ventana de Herramientas, hay que poner el cursor encima del ícono “Configurar Color Frontal” y marcarlo. Se abre una ventana.

A continuación, hay que situar el ratón encima del fondo de nuestro dibujo (el fondo negro del cielo) y marcarlo con el botón izquierdo. Ese color se habrá seleccionado en la ventana que se ha abierto anteriormente – ok.

Hay que situarnos encima de la zona que se quiera modificar e ir haciendo clicks con el botón izquierdo del ratón hasta conseguir la “intensidad” que se considere adecuada.

Luego se guarda el fichero como jpeg. Y ya hemos concluído esta modificación.

Existen muchas versiones de Photoshop, pero creo que los pasos que he comentado están disponibles (de alguna manera u otra) en todas las versiones.

Igualmente, otros programas de dibujo deben tener opciones similares.

Este es el dibujo original escaneado:


Y este el resultado final después de todo el proceso descrito:

Cualquier sugerencia para mejorar será muy bienvenida, y espero que este tutorial pueda ser de utilidad a alguien.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

NGC1981 - Cúmulo abierto en la Espada de Orión

M42 es una de las grandes maravillas del cielo, tan llamativa que suele “eclipsar” a otros objetos interesantes que se encuentran por la zona y que pasan desapercibidos por el sólo hecho de compartir cielo con la nebulosa difusa más espectacular que podamos observar en el Hemisferio Norte.

NGC 1981 es un buen (o triste) ejemplo de ello.

Visitar esta zona, conocida como la Espada de Orión, con prismáticos debería ser una de las primeras experiencias que tuviera cualquiera que quiera introducirse en el mundo de la observación astronómica y que sólo disponga de unos binoculares.

La noche del 26 de enero de 2008 la Luna brillaba en un 80% de su superficie e impedía la observación de objetos difusos o poco brillantes, así que, con este handicap, decidí centrarme en el cúmulo abierto NGC1981 y probar de dibujarlo lo mejor que pude:


Si podemos abstraernos de las maravillas que lo rodean... NGC1981, situado a unos 1.500 años luz de distancia, se presenta como un cúmulo abierto realmente espectacular.

A pesar de la luz de Luna, conté más de una docena de estrellas, todas de un color azul metálico precioso, que constituían una característica forma de M.

En la parte inferior del dibujo se “colaron” 42 y 45 Orionis, dos estrellas de un marcado color blanco que no pertenecen a este cúmulo, sino a NGC1977, una nebulosa de emisión y reflexión, que en esa ocasión, no pude distinguir.

Estuve un buen rato disfrutando del espectáculo y quedé bastante contento con el dibujo, a pesar de escapárseme un regalo añadido en los límites exteriores de la “M”: la estrella doble STF750, formada por una componente de magnitud 6,4, blancuzca, acompañada a una distancia de 4,2” por otra de magnitud 8,4 de color rojizo... un buen pretexto para volver a visitar NGC1981 en la próxima ocasión que decida volver a echar una mirada al gran cazador de las noches de invierno...

martes, 1 de diciembre de 2009

NGC1491 - Nebulosa de emisión en Perseus

El 8 de diciembre de 2007 pude aprovechar unos cielos bien oscuros, sin nubes y con un seeig 3/5 (Siendo 5 excelente). Algo poco habitual que me permitió montar mi Celestron SC 5i (127mm) e intentar observar objetos que, en mi día a día, no puedo ver ni por asomo.

Empecé a las 22,15 h. T.U. con NGC 1491, una nebulosa de emisión en la constelación de Perseus que abarca una superficie de 3.0 x 3.0' y se encuentra a 12.000 años luz.

Para poder verla utilicé el ocular de 40mm (x31,25) y el filtro UHC. Se apreciaba como una manchita blancuzca de forma redondeada, aunque un poco irregular.

Es terriblemente dificil su observación, primero, porqué con el filtro UHC tenía que poner el ojo en una posición determinada que resultaba muy crítica (a la que me movía un poco pasaba a no ver nada de nada). Y segundo, porqué se encontraba en el zenit y tenía que mantener una postura realmente incómoda. Evidentemente, la adaptación a la oscuridad era indispensable.

Este fue uno de mis primeros dibujos y no me resultó nada facil

En primer lugar, sin utilizar ningún tipo de filtro, localicé la zona donde debería estar la nebulosa. Gracias a los cielos oscuros con los que estaba disfrutando, pude ver un gran número de estrellas, pero en el dibujo decidí tan sólo incluir las más brillantes, ya que mi objetivo principal era la nebulosa.

Posteriormente, puse el filtro UHC y procedí a dibujarla. Complicado. A la que apartaba la vista del ocular y encendía la linterna roja para dibujar, tardaba después un buen rato a recuperar la sensibilidad del ojo para volver a distinguir la nebulosa.

NGC 1491 es de aquéllos objetos complicados de observar con telescopios de poca abertura... y cuando se consigue, no resultan demasiado agradecidos. A pesar de ello, fue una bonita experiencia el intentar exprimir al máximo las posibilidades de mi telescopio.

domingo, 29 de noviembre de 2009

El cráter Posidonius

La fotografía no es buena. El dibujo no es bueno. El seeing no era bueno... y a pesar de ello disfruté enormemente observando el cráter Posidonius y sus alrededores.

La noche del 22 de noviembre de 2009 comprobé que las condiciones de observación no eran lo idóneas que hubiera deseado, pero hacía tiempo que no podía sacar el telescopio y decidí, con todo, hacer una visita a la siempre agradecida Luna.

Como la turbulencia atmosférica provocaba que con grandes aumentos la Luna temblara y no ofreciera su mejor cara en cuanto a pequeños detalles se refiere, decidí apuntar a un cráter grande y espectacular: Posidonius.

Posidonius, de 95 km de diámetro y 2.300 m de altura, presenta unas peculiaridades que le confieren un gran atractivo. Por un lado, en el centro del cráter se aprecia claramente un cratercillo de 11 km de diámetro (Posidonius A) que, a su vez, se encuentra acompañado por un cratercillo más pequeño (Posidonius C) y por una serie de pequeñas “colinas”. Esa noche, para ver estos pequeños detalles tenía que hacer grandes esfuerzos de concentración.

Pero lo que realmente me ha gustado más de Posidonius han sido las grietas que atraviesan su fondo, espectaculares... y el juego de sombras que observo en la zona sur del cráter.

Y hablando de grietas, entre Posidonius y el cráter G Bond, se encuentra una grieta, la Rima G Bond, muy sutil... preciosa a lo largo de sus 150 km de longitud.

Y lo que resulta especialmente estremecedor es observar entre Posidonius y la sombra del terminador, la Dorsa Smirnov, potente, atravesando de norte a sur el Mare Serenitatis.

Este es el mal dibujo que hice...


Y esta es la mala fotografía que tomé...

Pero lo realmente importante es que disfruté un buen rato... y que siempre puedo volver a observar la zona de Posidonius en una noche con mejores condiciones atmosféricas y en que me encuentre más inspirado.

Gamma Arietis (Mesarthim) y 1 Arietis, un regalo para la vista

El 22 de noviembre de 2009 estuve observando unas cuantas dobles en la constelación de Aries. Las dos que más me impresionaron por su extremada belleza fueron 1 Arietis y la Gamma Arietis.

El telescopio que utilicé fue el SC Celestron Nexstar 5i de 127mm con los oculares de 25mm (50x); 18mm (69,44x), 10mm (125x) y 7,5mm (166,66x). El seeing de 3/5 (Siendo 5 excelente). La noche estaba despejada, aunque con algo de viento y con la Luna al 31% de superficie iluminada.

Y estos son mis comentarios:

1 ARI - STF 174

Complicada. Pero preciosa. Localizo la doble a 50x. A 69x la veo alargada… y es poner los 125x y no poder reprimir una pequeña exclamación de admiración.

Es necesario mantener el pulso templado para poder enfocar con precisión y disfrutar de una principal de color oro añejo acompañada por una componente más débil de color azul celeste.

Sensacional.

Para estar un buen rato con ella contemplando sus magníficos colores. Si fuera un poco más brillante competiría por los primeros puestos de las dobles más bonitas del cielo.

Pongo 166x. La separación es más cómoda, pero empieza a verse afectada por el seeing de la noche… eso sí, los colores continúan siendo espectaculares.

En conclusión: una doble que sería delito no observar.



Gamma ARI - STF 180 – Mesarthim

Realmente espectacular. Una de las mejores dobles de la constelación... por no decir la mejor. A 50x se muestra una pareja de soles gemelos de un resplandeciente color blanco que ya quedan perfectamente separados, pero sin perder aquél plus de proximidad que hace tan atractivas este tipo de dobles.

No me cansaría de observarla.

Además, su ángulo de posición puede servir de gran ayuda a la hora de situarnos durante las observaciones de la noche, ya que señala exactamente al Norte.

Un poco más alejada se encuentra una tercera componente de magnitud 8,63, a una distancia de 214” y en un ángulo de posición de 82º. Proporciona un atractivo añadido al conjunto, brillando tímidamente con una tonalidad entre azulada y gris.

A 69x es como veo mejor al grupo: “señorial” sería la palabra. Una maravilla.

Y este es el dibujo que le hice con el Photoshop:

sábado, 28 de noviembre de 2009

La peculiar 14 Arietis

Cuando nos preparamos las observaciones solemos buscar varias fuentes de información que consideramos fiables y de reconocido prestigio. En mi caso, a la hora de planificar la observación de estrellas dobles, el principal recurso es el estupendo libro de Sissy Haas "Double Stars for Small Telescopes". Para comparar datos y, a veces, anotar alguna componente que no aparece en el libro de Haas, utilizo el listado del Washington Double Star Catalog y la web del Eagle Creek Observatory .

Pero no hay nada mejor que observar los objetos personalmente, anotar nuestras impresiones, apuntar los datos que seamos capaces de obtener y cotejarlos posteriormente.

El pasado 22 de noviembre de 2009 tenía previsto dar un paseo por unas cuantas dobles de Aries. El telescopio, el SC Celestron Nexstar 5i de 127mm, oculares de 25mm (50x); 18mm (69,44x), 10mm (125x) y 7,5mm (166,66x). Seeing de 3/5. Despejado, aunque con algo de viento y con la Luna al 31% de superficie iluminada.

Empecé con 14 Arietis, y estos son los comentarios que tomé sobre ella:

No sabría decir si lo que he observado es 14 ARI o no. El caso es que a 125x veo una principal blancuzca acompañada en la parte superior por una estrella grisácea muy separada... y a la derecha un puntito que prácticamente pasa desapercibido por su poco brillo.

Nada que ver con los datos que he sacado del libro de Sissy Haas “Double Stars for Small Telescopes”, que son los que tengo en la ficha.

A pie de telescopio se me ocurren varias opciones:

  1. Me he equivocado de estrella.
  2. Las secundarias... ¿Son variables?
  3. Los datos dados no son correctos.

Por mucho que miro y remiro, no salgo de aquí, y me anoto hacer más tarde las comprobaciones pertinentes.

(...)

Ya es más tarde.

Empiezo por consultar el libro de Sissy Haas y comprobar que tomé correctamente los datos que aparecían en él.

A continuación, un poco con la mosca detrás de la oreja, consulto el listado del WDS y compruebo que los datos concuerdan con los dados por Haas:

02094+2556H 6 69AB AP: 34º Sep: 93.2” Mag. 4.99 / 8.01
02094+2556H 6 69AC AP: 278º Sep: 106.7” Mag. 5.02 / 7.97

Continúo mosca. Voy a consultar el programa Starry Night y me encuentro con esto:

Es decir, sentimientos encontrados.

Por un lado, corresponde a lo que dibujé y vi por el telescopio, coincidiendo ángulos de posición y distancias... Pero por otro lado, el programa me da ¡una magnitud de 14,20 para la componente B! (USNO J0209291 + 255740), cosa que es prácticamente imposible, ya que con mi telescopio de 127mm no puedo alcanzar estas magnitudes tan débiles.

Continúo mosca y decido quemar las naves. Voy a la web del Centre de Données astronomiques de Strasbourg a consultar esta doble con el potente programa Aladín y me encuentro con esto:

Coincide con lo que vi, con las separaciones dadas, con los ángulos de posición dados... y las magnitudes que da Aladin para las diferentes componentes son las siguientes:

Primaria: 4,983
B: 11,33
C: 7,92

Con lo que ya dejo de estar mosca al comprobar que esto ya está más en concordancia con lo que pude observar por mi telescopio (What you see is what you get).

Conclusión: El dato de la magnitud de la componente B que aparece en el Washington Double Star Catalog no es correcto.

Para acabar, tan sólo comentar que una de las cosas que me ha llamado también la atención es comprobar que el WDS considera componente C a la compañera más brillante que se encuentra más alejada de la principal. La componente con magnitud 11,3 sería la B (USNO J0209291 + 255740), que se encuentra con un AP de 34º y una separación de 93,2".

Tendría que investigar un poco para saber qué criterios se utilizan en la nomenclatura de las estrellas secundarias de los sistemas múltiples.

Pensaba que el criterio venía dado por el brillo de las componentes, pero en el caso de 14 Arietis no es así. Y tampoco es un criterio universal considerar la distancia a la estrella principal... pero esto ya es otra historia.

Me quedo con la satisfacción de comprobar que mis observaciones pueden ir un poco más allá y conseguir hacer mis propios "descubrimientos".

martes, 17 de noviembre de 2009

El Cinturón de Orión

Para empezar a disfrutar de la astronomía no es necesario disponer de un telescopio. Con unos simples prismáticos, asequibles a todo el mundo, se puede observar un buen número de objetos realmente interesantes. Incluso hay maravillas en el cielo que, debido a su extensión, es casi una obligación observarlas con prismáticos mas que con telescopios.

Uno de estos objetos difícilmente pasa inadvertido en los cielos de invierno, se encuentra en la constelación de Orión y es conocido por innumerables nombres: El Cinturón de Orión (Orion's Belt), Collinder 70, Las Tres Marías, Los Tres Reyes Magos, "Els Bordons"...

La noche del 16 de noviembre de 2009, llegué a casa bastante cansado después de un día de duro trabajo. Tomé una cena rápida y decidí salir fuera antes de irme a dormir a ver si me despejaba un poco. Nada más asomar la cabeza no pude evitar lanzar una pequeña exclamación: por el Oeste empezaba a esconderse el triángulo de verano, formado por las estrellas Vega, Debeb y Altair... mientras que por el Este, empezaba a asomar la majestuosa constelación de Orion...

Ya sé que teniendo que volver a trabajar a la mañana siguiente, lo aconsejable hubiera sido contentarme con esta espléndida visión que enfrentaba al cielo de verano con el cielo de invierno e irme a descansar a una hora razonable... pero si una cosa he aprendido durante mis años de observación astronómica es que nunca debe dejarse pasar una buena noche... porqué nunca sabes cuándo vas a tener otra.

Para apaciguar un poco mi mala conciencia decidí utilizar tan sólo los prismáticos 15x70 y mantener aparcado el telescopio. Pero lo que no pude evitar fue sacar el trípode fotográfico, montar en él los prismáticos y dibujar la zona del cinturón de Orion:

Lo primero que llama la atención son las tres estrellas protagonistas de este asterismo: Mintaka, que brilla con magnitud 2,4 y se encuentra a 919 años luz de distancia, en la parte superior del dibujo; Alnilam, en el centro, con una magnitud de 1,65 y a 1.359 años luz; y Alnitak, en la zona inferior, con magnitud 1,85 y a 826 años luz.

Las tres presentan un color blancuzco muy bonito. Pero una de las cosas que más me atraen es que si uno se fija, teniendo los prismáticos bien sujetos, puede comprobar que Mintaka es una doble que puede ser perfectamente desdoblada con prismáticos. Una maravilla... muy delicada.

A parte de esto, tanto la estrella que queda a la derecha de Alnilam, HIP26108, como la que queda a la derecha de Mintaka, 31 Orionis, presentan un precioso color anaranjado que contrasta con el blanco inmaculado de las tres estrellas principales.

Desde cielos más oscuros creo que se podría sacar más partido a la observación, pero con cierta contaminación lumínica como sufro, lo que he plasmado en el dibujo es lo que hay.

Sea como sea, disfruté un buen rato y pude olvidarme en cierta manera de las preocupaciones del trabajo... hasta que por la mañana volvió a sonar el despertador...

ASOD: 21-11-09

domingo, 15 de noviembre de 2009

Ocultación de Saturno por la Luna - 22 de mayo de 2007

Continúo sin poder disfrutar de una noche de observación en condiciones este mes de noviembre. Así que vuelvo a repasar mis libretas de observación y mis antiguos comentarios.

El 22 de mayo de 2007 era una fecha que tenía anotada en la agenda de observación desde hacía más de un año. El motivo no era otro que la ocultación a las 19h 36m 34sg T.U. de Saturno por la Luna, un evento que me hacía especial ilusión observar. Era mi primera ocultación, y confiaba en poder ser testigo de un fenómeno realmente espectacular.

Por la mañana, al levantarme, eché un vistazo por la ventana de mi habitación y no pude reprimir un cierto sentimiento de decepción: estaba nublado. Durante todo el día las nubes fueron las dueñas del cielo, y sin ninguna perspectiva de mejora. Estaba desesperado. Una hora antes de empezar la ocultación no se veía ni la Luna... pero la esperanza debería ser lo último que se pierde.

Tuve realmente mucha suerte. Media hora antes, ya pude ver la Luna, eso sí, amortiguada por, no sabría decir, si por nubes bajas o por humedad... y media hora después de la ocultación, las nubes volvieron a hacer desaparecer la Luna. Otra modalidad de ocultación que no me atrae especialmente...

El caso es que cuando ya prácticamente me había resignado a perderme el espectáculo, viendo aparecer la Luna, monté a toda velocidad el telescopio, la Neximage y el ordenador y crucé los dedos.

Cómo debía estar la visibilidad que no era capaz de ver Saturno a simple vista.

Cogí los prismáticos 15x70 y la visión tampoco daba demasiado de si. Pero no podía entretenerme en lamentaciones, decidí ponerme manos a la obra y puse en marcha la cámara Neximage montada en mi SC de 127mm. Hice unos rápidos ajustes y me encontré con los primeros problemas: La mala visibilidad no permitía que Saturno ofreciera detalle alguno y el hecho que se ocultara por la parte “oscura” de la Luna hizo que me resultara prácticamente hacer ninguna foto en condiones.

Empecé a ponerme nervioso, y cuando quise darme cuenta, Saturno ya había desaparecido detrás de la Luna. Por suerte, pude verlo por la pantalla del ordenador mientras estaba intentando ajustar los controles de la cámara. Pero como aquél que dice, me quedé con un palmo de narices.

Entonces, comprobé con el Starry Night que disponía de aproximadamente una hora antes que volviera a reaparecer Saturno. Imaginé (o por lo menos quise darme ánimos) que sería más fácil hacer una foto de la reaparición más que de la ocultación, por la sencilla razón que la luz de la Luna me permitiría ajustar mejor la cámara.

Pero delante de mi sorpresa, llegó el momento previsto de la reaparición... y no vi ¡ni rastro de Saturno! Me puse más nervioso, si cabe, y comprobé que Saturno efectivamente, había reaparecido en el momento previsto, pero que yo no lo había visto porqué la cámara estaba adaptada a la fuerte luz que emitía la Luna y por tanto, Saturno prácticamente no se veía. Solté algún que otro improperio y me dije que tenía que salvar la noche de alguna manera u otra.

Reajusté la cámara con los parámetros ideales para la Luna, y a continuación, la configuré para fotografíar Saturno. Como ya he comentado, las condiciones eran bastante malas, y la noche iba torcida, pero con todo, al final fui capaz de conseguir un humilde registro fotográfico testimonial, pero que a mi me supo a gloria:

La fotografía, de hecho es la unión de dos tomas independientes que hice de la Luna y del planeta... y es lo mejor que pude sacar esa noche.

Una vez conseguido el “trofeo” y en vista que no podía mejorar las tomas, decidí desmontar la cámara y dedicarme a disfrutar visualmente del panorama. Realmente, mucho más gratificante.

Primero coloqué el ocular de 25mm (50x) y contemplé algo que no se ve precisamente todos los dias... la Luna y Saturno en el mismo campo de visión del telescopio.

No hacía falta montar el filtro lunar, ya que las nubes se encargaban de realizar su tarea. Era espectacular, y su sola visión recompensó todos los esfuerzos y los nervios que pasé para ver esa ocultación.

Puse el ocular de 18mm (69x) y me empezó a caer la baba... Ya sé que científicamente, ni mi estado de ánimo en ese momento, ni la ocultación en si, no aportan actualmente gran cosa... pero estéticamente fue una experiencia impagable.

Estaba viendo la Luna, el satélite que gira alrededor de la Tierra, veía sus cráteres, sus mares, su majestuosa desolación... y cerca de ella, tímido, pequeño, aunque en realidad mucho más grande que la Luna, aparecía Saturno, un planeta gigante que se encuentra a unas 10 veces la distancia de la Tierra al Sol, es decir, 1.425 millones de km. Y yo, disfrutando del espectáculo.

En definitiva, la meteorologia no acompañó, aunque por suerte, tuve una cierta ventana temporal durante la ocultación. Hice un papel bastante lamentable fotográficamente hablando. Me perdí visualmente la “salida” del planeta ... Pero a pesar de todo ello, lo pasé genial, y me quedó grabada en mi memoria una imagen preciosa que no olvidaré nunca... y una foto testimonial.

sábado, 14 de noviembre de 2009

Buscando el cráter Linné

Este mes de noviembre el tiempo no acompaña, y casi no he podido sacar el telescopio. En temporadas así, lo mejor es dedicarse a preparar futuras sesiones de observación, u organizar anotaciones que estuvieran pendientes de revisión.

Revisando mis libretas, me he encontrado con mi experiencia personal con un cráter muy peculiar: Linné.

Leyendo “Observing the Moon” de Gerald North, me llamó la atención la historia de Julius Schmidt y el cráter Linné.

A lo largo del siglo XIX, varios importantes observadores lunares (Lohrmann, Beer, Mädler y el mismo Schmidt) describieron al cráter Linné, situado al nordeste del Mare Serenitatis, como un cráter profundo. Pero en 1866 Schmidt, que era director en el Observatorio de Atenas, anunció que el cráter había ¡desaparecido! y que en su lugar había tan sólo una pequeña mancha de luz.

Se produjo un gran revuelo, y se llegó a pensar que Linné era un volcán activo que había entrado en erupción. Y la controversia duró unos cuantos años...

De hecho, hasta 1967 no pudo demostrarse que Linné era tan sólo un pequeño cráter de 2,5 km. de diámetro y una profundidad de 500 m. gracias a las fotos realizadas por las sondas espaciales.

Aquí está una foto tomada por el Apollo XV del cráter en cuestión:

http://history.nasa.gov/SP-362/ch5.1.htm

La explicación de estos cambios es sencilla. Se debe a que cuanto más se eleva el Sol sobre Linné, más se ilumina la aureola de eyectos que lo rodea, hasta alcanzar los 10 km. de diámetro en función del ángulo con que incide la luz cada día de lunación, el cual varía según la libración.

Con esta información me picó el gusanillo y me propuse intentar observarlo con mi telescopio SC Nexstar 5i de 127mm. Tarea nada fácil, ya que se encuentra en mi límite de resolución teórica y lo más probable es que no pudiera ver el cráter, sin embargo, pensé que por lo menos la “pequeña mancha de luz” sí podría verla.

La noche del 6-10-2008, a las 20,00h T.U., con un seeing de 3/5, un poco nublado y con la Luna no demasiado alta, monté el telescopio y empecé la observación.

Con 69x localicé la Luna, y con 125x me centré en el Mare Serenitatis. En un primer vistazo no vi nada especial, tan sólo me llamó la atención el cráter Bessel, realmente bonito, ya que al encontrarse aislado en medio del Mare Serenitatis, contrasta de manera espectacular.

Pero yo no iba a eso, así que no me entretuve demasiado y puse los 208x y me centré en la zona donde pensaba que debía encontrar a Linné. No vi ni rastro del cráter, pero sin embargo, forzando un poco la vista, vi una manchita blancuzca enfrente del cráter Autolycus dentro del Mare. ¡Eureka!, eso es: tal como me imaginé, no pude ver el cráter, pero si su corona de luz.

Esta es una pequeña foto testimonial de esa noche que hice con la cámara Neximage. La calidad no es muy buena, pero en cierta manera, muestra lo que vi:


Al final forcé los 250x, pero el seeing no acompañaba para tanto.

El 30 de mayo de 2009 volví a hacerle una fotografía, pero esta vez con la cámara DBK. Curiosamente, como una especie de demostración empírica sobre las diferentes percepciones que se pueden tener de Linné, no se aprecia tanto la aureola blanca, debido a que los rayos del Sol todavía no lo cogían de lleno, sin embargo, sí se puede apreciar el cráter propiamente dicho:

En fin, hasta aquí mi experiencia.

Por cierto, según “Descubrir la Luna”, se puede ver bien en la séptima noche, y según el “Virtual Moon Atlas” en la sexta noche.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Zona del Cráter Pythagoras

Ya he comentado en alguna ocasión la dificultad que representa la observación de la Luna cuando ésta se encuentra cerca de su plenitud. Principalmente, por culpa de su excesivo brillo que impide un buen contraste en los accidentes observados.

Sin embargo, la noche del 2 de octubre de 2009, cuando la Luna se encontraba iluminada en el 98% de su superficie, pude disfrutar un buen rato observando la zona del cráter Pythagoras.

Esta es la foto que hice con la DBK21AU04.AS a foco primario de mi SC de 127mm, y a continuación, he rotulado los nombres de los cráteres que más me llamaron la atención:

Una de las cosas que más me gusta cuando observo cráteres que se encuentran cerca del limbo lunar y que se muestran en perspectiva... es la sensación que me produce de estar orbitando la Luna con una nave espacial...

Cuando dirigí el telescopio a la zona que quería observar, lo primero que me llamó la atención fue Pythagoras, un cráter de impacto de unos 128 km. de diámetro que, a pesar de presentarse con una forma oblícua, permite la observación de un buen número de detalles, empezando por la pared donde le da de lleno el Sol y en la que se adivina alguna terraza, y siguiendo por su pico central, que brillaba magnífico y que destaca por mostrar un doble pico que se eleva 1,5 km. Como un espectacular contraste, la sombra proyectada a sus espaldas se muestra de manera desafiante, al igual que la sombra lineal de la pared que limita con otro espectacular cráter: Babbage.

Tanto Babbage, como Anaximander, como J. Herschel... ya se encuentran mimetizados por el excesivo brillo solar, pero con todo, ofrecen un bonito espectáculo.

Con el que sí que estoy un buen rato disfrutando de él, es con Harpalus. Un cráter más pequeño, 40km de diámetro, pero que resulta especialmente interesante. Tal como lo pude ver, me dio una estremecedora sensación de profundidad, gracias sobretodo a lo nítidas que se apreciaban las gradas que forman sus paredes.

Para concluir con la observación me animé a hacer un boceto (no me atrevo a elevarlo a la categoría de dibujo) de la zona:

Sea como sea, unas agradables horas observando la Luna...

viernes, 6 de noviembre de 2009

Eta Persei - STF 307. Espectacular estrella múltiple en Perseus

Eta Persei es una doble de colores espectaculares. Impresionante. Preciosa.

A 50x se puede disfrutar de una estrella principal que presenta un color amarillo muy marcado acompañada a una distancia cómoda por una componente B de color azul celeste que contrasta a la perfección.

Y si esto fuera poco, forma un bonito asterismo triangular con dos estrellas: TYC3704-481-1 de magnitud 9,18 y TYC3704-666-1 de 8,78, ambas de un color azul/blancuzco muy sereno.

Esto es lo que se consigue con un pequeño telescopio y desde un lugar con contaminación lumínica moderada.

Pero al poner los 69x continúa el espectáculo, aunque ya empieza a ser necesario disfrutar de unos cielos con algo de calidad. A estos aumentos descubro que cerca de Eta Persei (STF307) "brillan" un buen número de estrellas bastante más débiles, alrededor de la magnitud 10-11.

Entonces, teniendo en cuenta que sólo esperaba encontrar un par y que he acabado contemplando a toda una multitud... decido volver a ella al día siguiente habiendo recabado un poco más de información sobre este sistema múltiple.

Para ello he encontrado dos webs muy interesantes:

http://www.starobserver.eu/multiplestars/etapersei.html

http://homepage.univie.ac.at/Peter.Wienerroither/pwafods/02507+5554.htm

Al día siguiente, el 17 de octubre de 2009, vuelvo a visitar Eta Persei, y esta vez voy preparado.

Esta es la foto que le hice con la Nikon D70s a foco primario del SC de 127mm:

Después de hacer la fotografía, me pongo de nuevo con el ojo pegado al ocular.

A 166x puedo distinguir mejor las estrellas más débiles y consigo verlas con más comodidad. Y después de estar un buen rato disfrutando del conjunto, decido hacer un dibujo sobre el terreno:


Y con el Photoshop decidí volver a dibujar el conjunto para recordar mejor los colores:



Y para completar un poco, dejo aquí los datos que aparecen en el listado del WDS:

Nombre / Angulo de Posición (º) / Separación (") / Magnitudes

02507+5554 STF 307AB / 302 / 28.6 / 3.76 - 8.50
02507+5554 STF 307AC / 270 / 68.9 / 3.76 - 9.9
02507+5554 SHJ 34AE / 206 / 239.0/ 3.76 - ?
02507+5554 WAL 19AF / 25 / 57.5 / 3.76 - 11.44
02507+5554WAR 1CD / 116 / 5.1 / 9.9 - 10.4

En conclusión, una doble preciosa para pequeños telescopios que está acompañada de un buen reto de componentes secundarias más débiles, pero que confieren una espectacular vista.

No sé si se habrá notado que disfruté como nunca observando esta doble...

viernes, 30 de octubre de 2009

M35 - Cúmulo abierto en Gemini

M35 es un cúmulo abierto, situado en la constelación de Gemini muy recomendable para pequeños telescopios y asequible con prismáticos. Se encuentra a unos 2.800 años luz de nosotros.

Este es el dibujo que hice la noche del 20 de diciembre de 2008:

Y estos son las notas que tomé esa noche:

"Comienzo la observación utilizando los 50x, pero al final, ante la gran extensión del cúmulo, pongo los 31,25x y hago el dibujo a partir del ocular de 40mm.

M35 es espectacular, un cúmulo abierto extenso y poblado por un buen número de estrellas que brillan alrededor de la 9ª magnitud. En un primer vistazo me encuentro recordando el dicho “Los árboles no nos dejan ver el bosque”. En este caso, aplicado al revés: el bosque de estrellas no nos deja ver... STT 134.

Como decía, en un primer vistazo esta doble destaca sobre el resto de estrellas del cúmulo, y si no fuera que está enmarcada en M35, seria una doble realmente espectacular. Tiene una separación de 31”, un ángulo de posición de 188º y unas magnitudes de 7,0/8,0. La principal la veo amarilla, la secundaria azulada. Muy bonita. Consigue destacar por encima del maremagnum estelar.

En la parte inferior del ocular destaca también por méritos propios una estrella anaranjada, de espectro K1 III, y brillante (mag. 5,8 ) : 5 Gem.

Volviendo al cúmulo, comentar que no tiene estrellas especialmente brillantes, pero sí hay una media docena por el centro en forma de tiara que destacan por encima de las otras. Veo algunas estrellas rojizas y amarillentas, pero la mayoría las veo azuladas.

También noto, de manera extraña, que hay algunas zonas interiores que están, como aquel que dice, libres de estrellas. Curioso. (Más tarde leo que algunos observadores hablan del “Cúmulo de la calavera” después de ver estas zonas muertas que representan la concavidad de los ojos de una cráneo...)

En una noche oscura como la de hoy se ve sensacional, aunque hay que decir que aguanta con dignidad cierta contaminación lumínica. Si bien es cierto que, cuanto más oscuro, más espectacular.

Para acabar sólo un comentario: aunque el dibujo lo he hecho a 31,25x, M35 visto a 50x te deja un buen rato con la boca abierta".

lunes, 26 de octubre de 2009

M78 - Nebulosa de reflexión en Orion

En la constelación de Orion podemos encontrar un buen número de objetos espectaculares y es una de las que más visito. Pero aunque parezca mentira... todavía puede llegar a sorprenderme. Una buena muestra es M78.

M78 es una nebulosa de reflexión que se encuentra a unos 1.600 años luz de distancia. Una espectacular nube de polvo que refleja la luz de estrellas jóvenes que se encuentran situadas cerca de ella.

Este es el dibujo que hice la noche del 24 al 25 de octubre de 2009, desde unos cielos bastante oscuros y en una noche excepcionalmente buena:

Cuando dirigí el telescopio hacia M78 y localicé la zona donde debería encontrarse, lo primero que me llamó la atención fue comprobar lo pobre y desolado que aparecía el campo del ocular a 50x.

Puse 69x y entonces vi mejor... unas seis estrellas bastante débiles, todas ellas alrededor de la magnitud 10. Empiezo a temer que la tentativa de observar M78 se va a convertir en un fiasco. Pero la cosa empieza a ponerse interesante cuando voy adaptando mejor la vista a la oscuridad y me fijo en las dos estrellas que aparecen en el centro del campo. Entonces me digo a mi mismo: “Mira, dos ojos con nebulosidad”.

Poco a poco voy distinguiendo la nebulosa. La veo con una forma ovalada, conteniendo las dos estrellas que he comentado antes un poco descentradas, pero el efecto que presentan es realmente espectacular.

Añado el filtro UHC y consigo ver la nebulosa un poco más definida... y como el campo es tan parco en estrellas... no se pierde visión de conjunto como suele pasar tan a menudo con objetos enmarcados en ricos campos estelares.

En definitiva, una nebulosa muy bonita y asequible, incluso sin el uso de filtros, siempre y cuando se observe desde cielos oscuros.

NGC1528 - Cúmulo abierto en Perseus

NGC1528 es un cúmulo abierto situado en la constelación de Perseus y que se encuentra a una distancia de 2.430 años luz de distancia.

Este cúmulo es uno de aquéllos objetos que no fue recogido en el catálogo elaborado por Messier y que resulta ser un cúmulo especialmente vistoso sobretodo desde cielos oscuros.

Sue French, en su libro “Celestial Sampler”, comenta que la distribución de las estrellas de este cúmulo sugiere la forma de una araña. Estoy completamente de acuerdo con esta apreciación, aunque hay que saber observarlo en el momento adecuado, de lo contrario, podemos estar viendo a la “araña” patas arriba.

Esta noche en la que lo observo, la del 24 de octubre de 2009, más que las patas de una araña, me sugiere la forma de un “3”:

Comienzo a observarlo a 50x, y se puede apreciar bastante bien, pero al final decido hacer el dibujo con 69x para ver si puedo exprimir un poco las estrellas más débiles del cúmulo.

Es bastante extenso, a 69x ocupa prácticamente 2/3 del campo del ocular. Está formado por estrellas débiles que brillan con una intensidad homogénea que le proporciona esa forma de araña, o de “3”, que resulta tan atractiva.

Aprovechando una buena noche y unos cielos oscuros, su visión puede llegar a ser inolvidable.

Y para concluir un consejo: después de observar NGC1528 es de visita obligada el cúmulo abierto NGC1545, situado más o menos a 1,5º de distancia. Según algunos autores, estos dos cúmulos, que se encuentran prácticamente juntos, poseen edades, distancias y velocidades similares... podrían ser considerados como un “Doble Cúmulo”, con lo que en Perseus encontraríamos dos dobles cúmulos: NGC1528/NGC1545... y el famoso NGC869/NGC884.

sábado, 24 de octubre de 2009

M36 - Cúmulo abierto en Auriga

Puedo decir que M36, en comparación con M37 y M38, es el cúmulo que menos me atrae de estas tres maravillas de la constelación de Auriga... pero mentiría miserablemente si dijera que no me gusta... al contrario, es un cúmulo muy atractivo y vistoso... que tiene la mala suerte de compartir constelación con otros dos cúmulos abiertos especialmente espectaculares.

Este es el dibujo que hice el 17 de octubre de 2009:

M36 es un cúmulo abierto situado a 4.100 años luz de distancia. Lo veo muy extenso, con un buen número de componentes brillantes, unas 8 ó 9 que brillan alrededor de la magnitud 9. Estas estrellas se encuentras dispersas por el cúmulo, lo que le confiere un aspecto muy equilibrado y homogéneo. El resto de estrellas más débiles harán el cúmulo más o menos espectacular dependiendo de si los cielos desde los que observamos son más o menos oscuros. En mi caso, los cielos eran bastante decentes, aunque no tan oscuros como sería deseable.

Curiosamente, lo que más me gusta del cúmulo es que en su centro se encuentra la doble STF 737. Son dos componentes azuladas, casi gemelas (9,1/9,4) con un ángulo de posición de 306º y una separación de 11". Una preciosidad.

Esta es la fotografía del cúmulo que hice el 10 de diciembre de 2006:


M38, M37, M36...
M38, M36, M37...

M37, M38, M36...
M37, M36, M38...

M36, M37, M38...
M36, M38, M37...

¿Cuál es nuestra secuencia preferida?

Personalmente prefiero M37, M38, M36... pero no voy a discutir con nadie que elija cualquier otra.

M37 - Cúmulo abierto en Auriga

Siguiendo con los cúmulos abiertos en Auriga, ahora le toca el turno a M37.

A una distancia de 4.400 años luz, M37, visto con un telescopio pequeño o/y con una molesta contaminación lumínica es tremendamente decepcionante. Sin embargo, visto con un telescopio mediano/grande y disfrutando de unos cielos decentes, se convierte en un cúmulo abierto que se sitúa en la parte alta del ranking de los mejores cúmulos abiertos del cielo.

Personalmente, sólo ha habido un cúmulo abierto con el que he disfrutado más que con M37, y este no es otro que M11.

Este es el dibujo que hice el 17 de octubre de 2009. Si bien no lo observé de un cielo oscuro, como mínimo, era decente:

En un primer vistazo, lo primero que me ha venido a la cabeza ha sido: parece un hormiguero en plena actividad... y es que M37 es un cúmulo bastante extenso, formado por una gran cantidad de estrellas muy débiles, de entre las que tan sólo destacan por su brillo (alrededor de la magnitud 9-10) unas cinco o seis componentes. El resto “brilla” con una magnitud 11-12.

Armónico sería una palabra muy adecuada para describirlo... otras serían: sutil, evanescente, delicado, equilibrado...

Muchas son las sensaciones que me produce su observación, y todas ellas agradables.

En el centro de M37 destaca una estrella de magnitud 9,21 que brilla con un bonito color amarillento, como muchas de las pertenecientes al cúmulo. Aunque, si uno se fija, puede apreciar una gran variedad de tonalidades y de colores. Un espectáculo.

Dejando un poco de lado el cúmulo, también podemos disfrutar de la estrella HIP27661, a la izquierda del dibujo, que brilla con magnitud 6,25 presentando un color anaranjado realmente precioso. Su espectro está clasificado como M3 II.

En conclusión, estamos ante otro de aquéllos objetos que me resultan extremadamente difíciles de dibujar y de transmitir lo que realmente nos ofrecen. Ni tan siquiera la foto que le hice el 10 de diciembre de 2006 lo consigue... por lo que mejor dejar libros y lecturas aparte, coger nuestro telescopio y ponernos a disfrutar de la contemplación de este maravilloso cúmulo abierto.

M38 - Cúmulo abierto en Auriga

A quién le gusten los cúmulos abiertos, encontrará en la constelación de Auriga tres de ellos realmente espectaculares y de características diferentes: M36, M37 y M38.

Empezaré con M38. Este cúmulo abierto se encuentra a unos 4.200 años luz de distancia y es capaz de llenar por sí solo el campo del ocular de 25mm en mi telescopio. Este es el dibujo que hice la noche del 16 de octubre de 2009 con unas condiciones no demasiado buenas en cuanto a contaminación lumínica se refiere:

Ya en un primer vistazo se puede comprobar que estamos ante un cúmulo abierto peculiar, muy poblado y extenso. Lo primero que me llama la atención es que sus componentes más brillantes están distribuidas de tal forma que recuerdan una cruz, o un aspa de molino... como se prefiera.

Es curioso ver como en el centro del cúmulo se encuentra una estrella de magnitud 9,87 (TYC2415-1042-1) y de ella irradian cuatro brazos estelares formados por unas cuantas estrellas de un brillo similar a la central y por un buen número de estrellas más débiles.

Cuanto mejores sean los cielos desde los que observamos, más estrellas débiles seremos capaces de apreciar, sin embargo, las estrellas más brillantes que le confieren su característica forma de cruz, aguantan bien la presión de cierta contaminación lumínica.

Veo que la gran mayoría de sus componentes presentan colores azulados, aunque hay alguna componente con un cierto tono amarillento, como puede ser la que veo más brillante del cúmulo, que brilla con magnitud 8,40 (TYC2415-822-1).

Pero antes de dar por concluida nuestra observación de M38, no podemos olvidar de echar un vistazo a la estrella HIP25476, que se encuentra un poco más allá del cúmulo y que brilla con una magnitud de 6,14 y un precioso color anaranjado. Y a otro cúmulo abierto, NGC1907, que nada tiene que ver con la magnificencia de M38, pero que será un buen test de la calidad de los cielos que disfrutamos.

Sin ir más lejos, esta noche no he sido capaz de distinguirlo. Estamos hablando de un cumulillo que abarca tan sólo 7’ (M38 tiene una extensión de 20’) formado por estrellas de la 11 y la 12 magnitud.

En esta foto que hice de M38 hace unos años he marcado tanto la estrella HIP25476, como NGC1907:

Comentar tan sólo que la fotografía y el dibujo presentan orientaciones opuestas, al igual que las que aparecen el las entradas de M36 y M37, debido a las diferentes configuraciones que presentan en el SC por un lado, la cámara a foco primario, y por el otro, el ocular de 25mm con la diagonal.

M38, M37 y M36 se encuentran en la misma zona de cielo y esto invita a observarlos en una misma sesión de observación, sin embargo, desde unos cielos oscuros cada uno de ellos sería capaz de convertirse en protagonista único de la noche. Los tres son preciosos.